¡Hola a todos y todas!
Hoy quiero compartir con vosotros una de esas recetas tan mágicas y especiales, una receta de abuela, de mi abuela.
En esta época del año parece que nada sienta mejor que un buen gazpachito fresquito. Es ligero, sano y completamente mediterráneo. Desde hace unos años, vemos este producto embasado en supermercados pero os aseguro que hacerlo por nosotros y nosotras mismas es mucho más natural, barato y delicioso al tratarse de ingredientes frescos, y aunque no lo creáis, ¡son 10 minutos! ¿Comenzamos?
¿Qué necesitamos para hacer nuestro gazpacho típico andaluz?
- 1 pimiento verde
- 1/2 pimiento rojo (opcional)
- 1 diente de ajo
- 1 pepino
- 1 kilo de tomates (si son de pera, mejor, dan más sabor y color rojizo)
- Sal
- Aceite de oliva
- Vinagre de vino blanco o de manzana
- Pan duro, del día anterior. La cantidad debe ser más o menos medio bollo.
Comenzamos con la preparación
La sal, el aceite y el vinagre
Una vez tenemos ya todos los ingredientes troceados debemos añadir aceite, vinagre y sal. En este punto el truco está en ir jugando con las cantidades a nuestro gusto según nuestro paladar, sin embargo las medidas estándares son:
- 16 cucharadas soperas o media taza de café de aceite de oliva.
- 8 cucharadas de vinagre. Suele echarse siempre la mitad de vinagre que de aceite, así que esta medida depende de la anterior. Igualmente si al probar el gazpacho luego os gusta más ácido, solo tenéis que ir modificando las medidas.
- 1 cucharada sopera colmada de sal, la sal si es gruesa, mejor, porque es la que se utilizaba en la receta original.
Ahora solamente depende de vuestro gusto, podéis agregarle agua para tomarlo como bebida, o dejarlo espesito para agregarle jamón y huevo duro y disfrutarlo como plato... y vaya plato, no os quejaréis vamos.
Espero que os haya gustado y servido la receta y que la probéis y la disfrutéis mucho. Por favor, comentadme qué os ha parecido y ¡mandadme fotos! Hasta el próximo post.
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